A sus 16 años, Enrique piensa que la felicidad no existe: en casa, vive con un padre golpeador y una madre deprimida; en la escuela, suele ser retraído y solitario. Parece cercano a un círculo de amigos poco recomendables. Dos sucesos trágicos lo cambian todo. Él deberá aprender que en la vida hay más posibilidades que el fracaso.