Elia está desesperada; el vecino de abajo, el señor Facundo Iracundo, no deja de quejarse de todos los ruidos que hace, por más discretos que éstos sean, amenazando con llamar a la policía si no controla su ?escándalo?. Fastidiada por no poder hacer el más mínimo sonido sin que su vecino la regañe, Elia emprenderá, con la ayuda de su amigo César, un plan para poder solucionar el problema de una vez por todas.